Anecdota

viernes, 12 de junio de 2009 - - 4 Comments


Hace aproximadamente seis meses que estoy jugando al padel. Empecé por curiosidad y ahora estoy enganchado. Como no he recibido clases mi técnica deja mucho que desear pero poco a poco comienzo a jugar mejor.

Ayer tuve uno de esos partidos que sabes que tienes que darlo todo y de los que tienes que sudar cada punto. Pues bueno... sí lo dí todo, me dí contra las paredes de cristal, contra el suelo, contra la red... y es que el día estaba fatal, no estaba para mi. Había muchísimo viento y la pista totalmente llena de arena, además del sol dejándonos ciegos cada vez que jugábamos mirándo al sur. Yo no paraba de resbalarme (playeras inapropiadas) y de hacer un esfuerzo sobre humano para no irme al piso, cosa que no pude evitar en más de una ocación.

Yo jugaba con mi primo Badi contra mis amigos Robert e Ibán. Nosotros empezamos fuerte (3-0), pero nos confiamos y el primer partido acabamos 4-6. Estuvo reñido de igual forma. Otro cantar fue el segundo partido que perdimos por un arrollador 0-6 y es que Badi y yo corríamos de un lado a otro sin ton ni son ofuscados por no poder marcar. Terminamos un tercero 3-4 sin tiempo para más, pero nos quedó mal sabor de boca porque las condiciones tanto de la pista como del tiempo eran realmente malas.


Bueno la anecdota de toda esta historia es que en el segundo partido, hartos de sudar, con arena el los ojos y el equipo contrario jugando bastante cómodos voy yo y me caigo al piso todo escarranchado y sin posibilidades inmediatas de recuperarme a lo que mi "amigo" Iban aprovechó para hundirnos. Con su característica mala idea, en vez de enviar la pelota a Badi para así yo recuperarme ya que la caída no fue precisamente light va el tío y le manda con todas sus fuerzas hacia mi cayendo la pelota a varios centrimetros de mi cuerpo y yo en ese momento tuve esas ráfagas que a veces me dan a lo Ally Mcbeal. Me veía saltando la red corriendo hacia él, agarrándole por la cabeza y mandándole contra las paredes de cristal.

¡Aprovecharse así del enemigo caido, que fuerte! Hasta Roberto tuvo que decir algo, entre risas claro.

Bueno, en definitiva, fue un partido duro, tanto por las condiciones como por el duro equipo contrincante, pero Iban, sin rencores, el que me la hace me la paga sino que se lo digan a Badi con lo de la broma que me gastó en el Japonés. Ja, ja, ja....

Ya me desahogado.

Saludos y abrazos a Badi, Robert y a Iban.

Salu2.

This entry was posted on viernes, junio 12, 2009 You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.

4 message in a bottle:

Anónimo dijo...

Bueno, tan mal no habrás jugado para que tu "amigo" Iban te proponga para ser su pareja en el torneo de padel. Considero tres opciones posibles en esta decisión: 1.- Se cree que eres familia de Nadal, por lo de la camisa que llevas que dice Adal, y el pobre no lee bien. 2.- Quiere volver a ser tu amigo después de hacerte lo que te hizo y tu en el suelo. 3.- Ha tenido una llamada divina para ayudar al desprotegido. Suerte en el Torneo. Con cariño, el del banquillo.

Anónimo dijo...

Si alguien se siente ofendido por no ser titular en el torneo le digo a esa persona que tuvo su oportunidad y yo acepté porque tú le FALLASTE.

CHIM PUM.

Anónimo dijo...

Mensaje para Iban: prepárate porque Badi aún está buscando la cámara... así que presiento que la venganza va a ser imprevista y sobre todo, más que dolorosa, vergonzosa...uins! que miedito

Ibán dijo...

Maikel, estás rompiendo toda la confianza que tenía en tí: dónde queda eso de que dijiste que yo había sido un descubrimiento en tu vida, dónde queda eso de que me aprecias muchísimo, dónde queda esa amistad verdadera? Lo vas a echar todo por la borda por un acto impulsivo y sin importancia como es tirarle la pelota a un amigo casi rozándole suavemente para que le diera airito? Avísame con tiempo porque yo no puedo jugar con alguien que me la va a jugar en cualquier momento. Saludos de aquel que te dio la oportunidad de jugar y de hacer algo grande para contarle a Pablito el día de mañana. Saludos de aquel que te va a envenenar en el desayuno del domingo. Saludos de aquel que esta noche no dormirá de los remordimientos que le estás causando. Saludos de un tal...ibán