Manual de supervivencia para padres primerizos

viernes, 11 de septiembre de 2009 - - 1 Comments

Lesson two

El efecto mecedora.

Mi hijo hace un par de días cumplió un mes y todo empieza a surgir con normalidad, pero hay mellas psicológicas que se van quedando y que apenas te das cuenta hasta que se te enciende una bombillita que te devuelve a la realidad y que te pregunta: ¿Qué haces?


Cuando te pasas varios días meciendo, arrullando y cantado nanas no pensé que tuviera efectos secundarios, al menos ningún médico me lo había advertido y es que el otro día estando en el baño abrochándome el pantalón me encontré de repente balanceándome de un lado para otro y tarareando eso de ah, ah, ah, ah... me pongo a fregar la loza y ah, ah, ah, ah... plancho y ah, ah, ah, ah... Y además cada noche, en la cama, cuando pongo mi mano sobre las caderas de mi novia me sorprendo meciéndola. Por dios que locura. Así que si algún día, después de ser padre te sorprendes meciendo una puerta, no te preocupes, es el efecto mecedora.

Salu2.

This entry was posted on viernes, septiembre 11, 2009 You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.

1 message in a bottle:

Maeva dijo...

Jajaja Mac, como me he reído. tienes razón.Yo sólo tengo primitos, a los que alguna vez he cuidado y no he tenido que dormirlos nunca, pero con otras cosas si que me ha pasado y digo ¿qué estoy haciendo?.

Un beso